Mientras muchos partidos hablan del municipalismo en política, sobre todo cuando llegan las elecciones, la realidad es que hay una importante falta de conocimientos de que es realmente el municipalismo, y lo que representa para los diferentes pueblos y ciudades.
¿Es lo mismo una Ciudad con 3,2 mill/hab, que una de 200.000,
30.000, o 3 habitantes?. Por supuesto que no.
Mientras las Grandes Ciudades tienen que gestionar
diariamente unos servicios tremendamente gigantescos, con la problemática que
eso supone. Un elevadísimo nivel de burocratización, otros tienen prácticamente
que subsistir sin medios, y la mayoría de los casos sin apoyo institucional de
ninguna administración.
Las políticas locales son muy diferentes unas de otras, y se
debe fortalecer las sinergias entre ellas, para poder gestionar y avanzar en la
consecución de sus objetivos.
Mientras las Grandes Ciudades buscan generar macro
proyectos, las pequeñas buscan simplemente proyectos que hagan desarrollar las
mismas o no desaparecer.
La política en general y la importancia de los medios, sobre
todo para las pequeñas ciudades, son vitales para ese conocimiento de lugares
que tienen un potencial importantísimo, pero que sin embargo su abandono, a
veces político, porque no renta en número de votos, y otras porque
económicamente tampoco, hacen sufrir constantemente a los dirigentes de esos
municipios, los cuales en numerosas ocasiones, tienen que desarrollar su
función política desde el más puro y estricto nivel personal.
Se debe analizar de una vez por todas, y de manera seria,
las realidades y desafíos de los diferentes municipios de España, buscando
soluciones específicas, que no sólo se basen en una rentabilidad económica. Como
administraciones, se debe garantizar el bienestar de TODOS los vecinos, al
margen del número de habitantes que tenga el municipio, reconociendo la
diversidad, y adaptando los derechos reconocidos por la constitución, como
sagrados a cada ciudadano. Sanidad, Educación, etc.
Los gestores municipales, son los que conocen perfectamente
el día a día de sus vecinos, sin embargo, en la mayoría de las ocasiones, están
sometidos a las decisiones de sus partidos, y en muchas ocasiones contravienen
las necesidades reales de sus municipios.
Los numerosos desafíos a los que se encuentran sometidos
diariamente los municipios, hacen más que nunca necesario el empoderamiento del
municipalismo, para permitir que los problemas de los mismos, se aborden desde
el conocimiento más cercano, de una manera más eficaz y realista.
Si nos fijamos en las ejecutivas nacionales de muchos
partidos, veremos siempre que los dirigentes son diputados, senadores, alcaldes
de grandes municipios, etc, mientras que aquellos que tienen una gestión
directa, y suelen ser los encargados de conseguir los votos para que esos
líderes lleguen donde están, prácticamente están desaparecidos. Da igual el
color político.
Es fundamental que los partidos entiendan que hay que
cambiar el sistema, si queremos mantener y potenciar los municipios, ya que
sino, nos veremos abocados a una desaparición gradual, como ya está pasando, de
muchos municipios de gran interés, lo que actualmente conocemos por la “España
Vaciada”.
Hay que dar voz mediática a los líderes municipales, sin
miedo, ya que realmente son grandes gestores en sus municipios. Tenemos un
claro ejemplo con Miguel Angel Revilla. Lo hará bien o mal, pero es una
referencia constante para pequeños y grandes municipios en Cantabria. De ahí la
importancia del municipalismo, como herramienta más cercana al Ciudadano.
De hecho, la interrelación entre municipios, como
aprendizaje y experiencia piloto para otros, así como la inversión en eventos
culturales, patrimonio y actividades locales fortalece la identidad de la
comunidad.
El municipalismo real, y el fomento del mismo, convertirán a
nuestro País en un laboratorio de ideas, permitiendo que esa relación fomente
nuevas políticas y enfoques que hagan no sólo subsistir, sino mejorar nuestros
pueblos y ciudades. Las soluciones de éxito en unos, pueden beneficiar a otros,
y así sucesivamente.
Por todo ello, tengo claro que
en España hay que apostar fuertemente por el municipalismo, y menos por el politiquismo
frentista. Más sinergia y menos enfrentamiento.
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